Qué puede esperar un cliente de su abogado

Los profesionales del derecho nos enfrentamos habitualmente con circunstancias que nos hacen reflexionar sobre el tipo de relación que debe existir entre el cliente y el abogado (relación cliente abogado). El cliente necesita ayuda legal pero, frecuentemente, lo más importante para él en ese momento es despejar su incertidumbre emocional.

Existen dos motivos genéricos por los que un cliente acude a un abogado:

  • Desea tomar las medidas adecuadas para evitar encontrarse con un problema
  • Ya tiene un problema y desea resolverlo.

Desgraciadamente, la mayoría de los clientes acuden por el segundo motivo. Todos conocemos eso de más vale prevenir y demás, pero la realidad es que las ocupaciones del día a día nos hacen confiar en que a nosotros no nos pasará. Pero, por desgracia, pasa.

El cliente que acude al abogado por el primer motivo lo hace de una forma relajada, como quien acude a clases de cocina para aprender a hacer postres saludables. Sabe que lo que aprenda con los consejos legales que recibirá podrá ponerlo en práctica una y otra vez en el futuro. Incluso le harán sentirse más seguro y confiado en poder resolver los posibles imprevistos.

El mayor problema para el cliente suele ser la incertidumbre de no conocer si sus circunstancias empeorarán en el futuro

Por su parte, los que acuden al abogado por el segundo motivo lo hacen preocupados o muy preocupados; incluso estresados, dependiendo de la gravedad del problema. En estos casos el mayor problema no son las circunstancias en la que se encuentra en ese momento, sino la incertidumbre de no conocer si esas circunstancias empeorarán en el futuro. Independientemente de si se tiene o no razón, de lo atado que parezca estar el caso, por suerte o por desgracia, las leyes son interpretadas por los jueces. Eso quiere decir que nunca se puede estar seguro. No hay juicios ganados de antemano, ni tampoco perdidos. Esto es, la incertidumbre existe incluso para los casos más evidentes. En el argot jurídico se suele decir que para ganar un pleito “hay que tener razón, demostrarla y que el Juez la conceda”.

Frecuentemente los clientes buscan que el abogado les quite completamente la incertidumbre asegurándole que el caso está ganado. No vamos a profundizar en si es mejor o no ser conscientes de las posibles desgracias futuras, pero sí resaltar el hecho de que el cliente necesita de que el abogado lo escuche, le atienda y le entienda, no sólo en sus circunstancias puramente legales, sino también en las personales. Cada cliente es diferente y hechos similares puede requerir soluciones distintas. Quizás las alegaciones legales sigan siendo similares, pero los tiempos, la forma de llevarlas a la práctica, cambian.

Es necesario que el abogado lo escuche, le atienda y le entienda, no sólo en sus circunstancias puramente legales, sino también en las personales.

El abogado es en realidad un interlocutor entre el cliente y sus circunstancias y el sistema legal. Por un lado debe escuchar al cliente para entender bien sus necesidades pero, por otro, debe conocer bien el sistema, para poderlas presentar de la forma más apropiada en cada momento. El sistema legal no es algo estático, sino que se parece más a un ser vivo que, al igual que la sociedad, evoluciona, se mueve y tiene sus propias subjetividades. Esto nos lleva a un segundo punto fundamental: la experiencia.

Un abogado experto no es solo el que conoce bien las leyes, sino el que conoce bien la interpretación que se está haciendo de ellas en cada momento e incluso por cada juez. Una solución legal exitosa hace años puede ser completamente inadecuada hoy o lo que para un juez es evidente, puede que no lo sea tanto para otro. Por otro lado, desde fuera se tiene frecuentemente la percepción de que el derecho es algo simple, que basta con saberse bien un pequeño puñado de artículos y listo. Desgraciadamente, eso está muy lejos de la realidad. Existen muchas ramas del derecho donde cada una, no solo tiene sus propios conjuntos de leyes, sino que hay que añadirles sus propios procedimientos y jurisprudencia, por lo que las ramificaciones son innumerables. La informática nos ayuda mucho a tener toda esa información a nuestro alcance, pero la experiencia sigue siendo fundamental para saber qué buscar.

Si un despacho de abogados tiene experiencia y sabe escuchar al cliente podrá ofrecerle aquello que da respuesta al enunciado de este texto: confianza. Lo que puede esperar un cliente de su abogado es la confianza de que se va a hacer lo adecuado para resolver su problema de la mejor manera posible. A veces será cuestión de una simple negociación con la otra parte y otras será necesario enfrentarse a un largo proceso judicial. Lo importante, es estar seguro que todo lo que se está haciendo tiene su sentido, se han tenido en cuenta las alternativas y se ha elegido la que en ese momento tiene más posibilidades de triunfar.

Lo que pueden esperar nuestros clientes en su relación con Narbona Abogados es la confianza de que se va a hacer lo adecuado para resolver su problema